María Aleandra Scafati (Camada ‘86) se define como “intelectualmente inquieta”, y su destacable CV lo confirma: entre otras cosas, es Magíster en Políticas Públicas y Urbanismo (Milano Graduate School, NY), Magíster en Derecho y Economía Ambiental (Carlos III, Madrid), Fundadora Presidente de Fundación Ecomujeres, un espacio de educación e información para empoderar a las mujeres a liderar el cambio hacia la sustentabilidad, y dirige el Curso de Posgrado en Ambiente y Desarrollo Sustentable en la Escuela de Posgrado de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Agrarias y el Curso de Posgrado en Peritaje Ambiental en la UCA. Al principio de su vida profesional se dedicó a las finanzas, pero su inquietud la llevó a sentir que algo no cerraba y comenzó a especializarse en sustentabilidad y cambio climático.

Aleandra, -aunque en el colegio siempre la conocieron como María- nos contará sobre su paso por St George’s College, su trayectoria profesional, y aportará su mirada experta sobre cambio climático, biodiversidad y aparición de nuevas pandemias.

¿Cómo fue tu paso por el colegio?

Amé el colegio. Mi hermano mayor había venido primero y me encantaba ir a visitarlo. Cuando me tocó al otro año decidir si ir a este colegio o no, ni lo dudé. Quería ir a toda costa, me parecía divertidísimo quedarme a dormir con amigos. En esa época, casi todos éramos pupilos. Yo siempre definí al colegio de esa época como un país chiquitito, en el que ibas ganando espacio de acuerdo cómo te comportabas, a estrategias, al rendimiento deportivo y académico. Era muy divertido hacer deportes y toda esa infraestructura que es increíble. Tengo amigos entrañables con los cuáles me sigo vinculando y hablamos casi todos los días.

Fui Head Girl del colegio. En tercer año me iba bien, pero tenía mala conducta. Cuando me eligieron Head Girl en cuarto año, me llamó el director para avisarme y me dijo: “si el año pasado nos hubieran dicho que ibas a ser headgirl, hubiese sido un gran dolor de cabeza”. Me calmé porque empezó el IB. Tuve que estudiar mucho, entonces no tenía tanto tiempo para hacer travesuras, y por eso me calmé en cuarto año. Era muy buena deportista también, estaba en todos los equipos.

Terminado el colegio, ¿Cómo iniciaste tu carrera?

Cuando salí del colegio me costó elegir carrera, elegí Medicina porque me gustaba biología. Estudié un año, ahí me di cuenta que no tenía nada que ver con Biología. Luego, me puse a estudiar Economía, hice la carrera de Licenciatura en Administración y de Contadora Pública a la vez, y me dediqué a las Finanzas durante muchos años hasta que un día me di cuenta que no me llenaba, ni me sentía cómoda. Estuve viviendo mucho tiempo afuera, había hecho una maestría en Finanzas y luego empecé a estudiar una maestría en Desarrollo Local, que es lo más parecido a lo que sería hoy el impacto ambiental y social. No había propuesta de maestrías vinculadas con el tema de sustentabilidad. Ahí empecé a trabajar en el tema del impacto socioambiental, todavía vivía en EEUU, luego me volví a Argentina.

¿Qué fue lo que te llevó a cambiar el rumbo de tu carrera?

Hice el cambio porque me di cuenta que en el mundo en los ‘90, había algo que no me cerraba de la matemática del modelo económico. En ese momento, yo todavía vivía en EEUU. En Wall Street, cada vez que se presenta un balance, se pide que las empresas generen un 10% sobre el periodo anterior. Esto resulta en una curva que tiende al infinito, pero los recursos son finitos, el planeta es finito, entonces esto es de imposible cumplimiento. Para que esto suceda, hay gente que muere de hambre, gente que trabaja en la informalidad y gente que contamina. En algún lado está el ajuste, son las famosas externalidades que te enseñan en economía que no las consideran en los modelos económicos. Empecé a pensar que eso estaba muy mal y que el motor se iba a fundir. Ahí fue donde empecé a estudiar la maestría en Desarrollo Local.

Hoy se repite mucho el concepto sustentabilidad. ¿Qué significa esto?

Se suelen usar como sinónimos sustentabilidad y sostenibilidad, y no son lo mismo. La sostenibilidad es poder mantenerse en el tiempo. Punto final. Para que haya sustentabilidad hay que tener en cuenta las externalidades ambientales y sociales. Tenés que poder incorporar en los modelos económicos los impactos negativos ambientales y sociales. Solo hay sustentabilidad cuando se logra equidad social intra-inter generacional, una reducción a su máxima potencia de los impactos ambientales significativos negativos, junto con un desarrollo económico sostenible.

Estamos atravesando una pandemia que afectó al mundo entero y se suele decir que una de sus causas es ambiental, ¿Cómo se vinculan nuevas enfermedades con deterioro del ecosistema?

Está comprobado que el COVID es una enfermedad de origen zoonótico y surge por la pérdida de la barrera natural que brindan los ecosistemas. Cuando avanzás sobre el ecosistema, se pierde el intermediario, que es el animal o bicho que está entre la bacteria o virus y el hombre. Éste busca un nuevo huésped, que en general es el más vulnerable desde el punto de vista de la resiliencia biológica, y en este caso suele ser el humano. Por eso hay un aumento de enfermedades zoonóticas, que hoy representan el 60% de las enfermedades infecciosas y se espera que para los próximos 10 años esta tasa aumente en un 75%.

Hay una paradoja que me gusta mencionar, que es que cuando se genera pérdida de biodiversidad aumenta el cambio climático, porque al no tener el servicio que dan los ecosistemas de absorber gases de efecto invernadero, se acelera el cambio climático. Y la aceleración del cambio climático, acelera la pérdida de biodiversidad.

A pesar de la abrumadora evidencia sobre el cambio climático todavía existen quienes lo niegan y se toman pocas medidas para mitigarlo. ¿Creés que con la pandemia puede llegar a despertarse una mayor conciencia y toma de acción de parte de gobiernos e individuos?

Falta mucha educación ambiental en el ciudadano común. Celebro lo que hacen millennials y centennials, como Greta Thunberg, que están poniendo esto en agenda pública. Pero tengo pocas esperanzas para la COP26, que es la del clima, que se va a hacer próximamente.

De todas maneras, están pasando algunas cosas. Me encanta ver los signos o síntomas de las tendencias globales. Xi Jinping, en China, en el último mes ha hecho una serie de anuncios y gestiones concretas muy importantes. Uno, que va a dejar de financiar las plantas a carbón que financiaba afuera de China. Dos, ha puesto unas restricciones tremendas al empleo informal, de no calidad, sobre la industria del algodón, considerando que China es el mayor productor de este vegetal. Tres, anunció en la apertura de la COP15 en Kumning que va a invertir para conservación 1500 millones de dólares, es el primer país que hace anuncios de estas características.

Me parece que China, que siempre tiene una mirada más estratégica de largo plazo, entendió que la nueva onda es verde y está siendo súper agresivo y forzando si se quiere al resto de los líderes a que tomen medidas parecidas. Con todos los problemas que tiene China de contaminación y a nivel de empleo no digno. Ya lo sabemos eso. Pero este push que está haciendo China, fuerza a los otros a acomodarse.

Sos fundadora y presidenta de Ecomujeres, ¿Qué nos podés contar de esta ONG?

Ecomujeres nació cuando volví a Argentina. Me di cuenta que faltaba mucho acceso a información y a la educación ambiental. No había comunicación entre aquellos que sabían mucho del tema y aquellos que se tenían que informar: el lenguaje de los científicos era muy duro y les costaba hacer sencilla o coloquial la información para que la gente que no está formada en estos temas pueda tomar decisiones con base científica. Así inventamos EcoMujeres, el nombre surgió porque la problemática del cambio climático es una problemática de consumo, entonces hay que cambiar patrones de consumos que van a formar patrones de producción. Las que más consumen y/o deciden los consumos, cómo manejo mi casa, la comida, el menú, la ropa, cómo uso la energía, y esto sigue siendo válido al día de hoy, son las mujeres. Esto no quiere decir que lo compren o que lo paguen, sino que definen qué se compra en un 80 por ciento del consumo global.

¿Qué acciones realiza esta organización?

Pedagógicamente desarrollamos una calculadora de carbono. Sensibilizamos sobre este planteo, con una mirada constructiva. Si haces tu cálculo de huella podés trabajar sobre esos impactos. La huella mide transporte, alimento, residuos. Que tienen que ver con tus consumos, y te permite generar una mejora en tu día a día. En la página tenemos un montón de consejos.

Definimos los ejes a trabajar: La moda, alimentación, deporte y construcción. Promocionamos y acompañamos emprendedores sustentables, realizamos acciones de difusión con liderazgo femenino para que ellas puedan llevar el mensaje de sustentabilidad, y publicamos 4 libros de Construcción Sustentable junto a la Fundación de la UOCRA.

Hablaste de que los patrones de consumo están cambiando. En consecuencia, ¿Creés que las formas de producción van a volverse más ecológicas?

Las empresas tienen que tener un buen comportamiento porque los consumidores son los primeros en castigarlas. Hace varios años ya vienen empujando por productos más amigables con el ambiente y más responsables con la sociedad. Por otro lado, los inversores hace aproximadamente 3 años empezaron a cambiar requisitos, ya hay métricas, ya hay exigencias vinculadas con la acción por el clima y la sustentabilidad. Y en el último año esto se disparó, al punto que los organismos reguladores más importantes como la SEC (Comisión de Bolsa y Valores de EEUU) y los bancos centrales están sacando un protocolo nuevo de cómo tienen que ser los balances de las empresas y qué tipo de información tienen que dar, incluyendo el riesgo por la acción por el clima. Pero de verdad, no como greenwash. Todo esto está cambiando muy rápido, con lo cual las empresas grandes, que son las que cotizan en bolsa y son las que tienen el capital para el cambio, van a tener que hacer modificaciones radicales en lo que están haciendo. Estas regulaciones nuevas van a cambiar la dinámica porque no van a acceder al crédito, lisa y llanamente. Y ya está pasando que los accionistas no aprueban los balances.

Las nuevas generaciones tienden a tener mayor conciencia ambiental y social, ¿Qué mensaje le darías a los alumnos del colegio sobre este tema?

Sigan protestando. Esto es de militancia, es de abajo para arriba. Sigan exigiendo otra forma de hacer negocios, se puede, están dadas todas las condiciones, es mentira que es más caro, que se necesita más tiempo. También está el capital disponible para realizar la transición. Eso quedó bien clarito en la pandemia, donde se gastó, en un año y medio, alrededor de 15 billones (trillions en inglés) de dólares, que es el 15 o 20% del PBI global, y a los líderes globales no les tembló el puño para hacerlo. Nosotros necesitamos por año un 10% de eso para arreglar la acción por el clima y proteger y conservar la biodiversidad. La plata, cuando se quiere, está. Y de hecho, no tendríamos que haber gastado esa plata si hubiésemos conservado mejor la biodiversidad. No habríamos perdido tantas vidas, no hubiéramos tenido el nivel de retracción económica que hubo, que fue equivalente a la gran depresión de la década del ‘30. Si hubiéramos hecho bien las cosas, no hubiésemos pasado por esta pandemia o no hubiese sido tan tremenda. Hagamos bien las cosas ahora para evitar las nuevas pandemias y los nuevos riesgos que nos acechan.