En 1895 el Reverendo J T Stevenson, un pastor anglicano nacido en Sudáfrica y educado en el Colegio San Agustín de Canterbury, recibió la propuesta de hacerse cargo de la Iglesia Anglicana de Todos los Santos en Quilmes, donde “residían 2000 feligreses y había muchas oportunidades para desarrollarse.”

Muchos años después contó que la información que le habían dado era errónea. A su llegada encontró que los feligreses anglicanos eran 200 y que había pocas posibilidades de desarrollo. Por consiguiente decidió regresar a Inglaterra, pero como existía la posibilidad de reunir fondos para fundar una escuela y una señora de Quilmes tenía una propiedad llamada Quinta Rooke que quería alquilar o vender, el Reverendo J Stevenson se presentó ante el Consejo Obispal, pidiendo permiso para fundar una escuela. A pesar de algunas dudas se alquiló la Quinta Rooke por dos años con opción a compra durante o al finalizar dicho lapso al precio de £5.000, pero antes de que expirara el plazo, fue adquirida gracias a la generosidad de muchas personas y empresas. El terreno era de 72.000 metros cuadrados con un edificio amplio de una planta, una pequeña casa y caballerizas. El Director junto con su familia, los alumnos, la encargada de los pupilos y las mucamas residían en el edificio, los profesores ocupaban la parte alta de la casa y el resto del personal doméstico vivía en la planta baja.

El lema elegido era “Vestigia Nulla Retrorsum” tomado de la fábula del zorro y el león según el poeta Horacio “Quia me vestigia terrent, / Omnia te adversum spectantia / Nulla retrorsum”, dijo el zorro al león que lo había invitado a su guarida. “Temo esos pasos, todas las huellas llevan a tu hogar, pero ninguna indica el camino de regreso.’’ Estas palabras denotan integridad, verdad, temor a Dios y la verdadera religión, principios que los fundadores de St George’s College y sus sucesores han tratado de mantener e inculcar.

Los fundadores se propusieron abrir el Colegio siempre y cuando contaran con 20 varones, todos pupilos; pero en realidad St George’s College se inauguró en 1898 con sólo seis alumnos. Esto fue posible porque el Director, que todavía era el Capellán de Quilmes, ofreció trabajar gratis y los fundadores acordaron que cualquier déficit sería cubierto con su propio dinero. El progreso fue lento al principio pero luego adquirió mayor rapidez. Se compraron más terrenos y se levantaron o ampliaron más edificios. En 1901 se publicó el primer número del anuario The Georgian y en 1908 se fundó el Club de ex-alumnos, que ahora tiene más de 1500 socios. La primera cena anual se celebró en 1910 y durante ese mismo año se construyó el Sanatorio. El Pabellón, que todavía existe, se construyó en 1911 para celebrar la coronación del rey Jorge V. En el Día de los Fundadores de 1913, se colocó la piedra fundamental de la capilla. Debajo de la misma se enterró un cilindro que contenía ejemplares de los diarios “Buenos Aires Herald”, “La Nación”, y “The Standard”, un “prospecto del Colegio”, un número de “The Georgian” y varias monedas vigentes en ese tiempo. En 1919 se inauguró el edificio de aulas y en 1923 se jugó al rugby por primera vez. En julio de 1925, un profesor de Inglés, el Sr Tschiffely, comenzó su famosa marcha a caballo de10.000 millas de Buenos Aires a Nueva York. En marzo de 1928 se inauguró el edificio de la Biblioteca, construído sobre la antigua piscina y se inauguró una nueva .

El 10 de agosto se abrió la Escuela Primaria y en marzo de 1935 Canon Stevenson se jubiló. En su discurso de despedida a los ex-alumnos dijo: “Aprovecho esta oportunidad para recordarles que no es lo que un hombre consigue lo que cuenta sino lo que es; primero debe pensar en su carácter y después en su condición, porque el que tiene carácter no debe temer por su condición, ya que es su carácter el que la determinará. Arriesguen todo por su carácter, ya que es el más valioso capital con el que contarán.”

Y así se alejó Canon Stevenson, respetado y amado por todos, pero su espíritu prevalecía en el Colegio. Canon Jackson, otro Director con muchos años al frente del Colegio, decía en 1942: “Algunos pensamos que los colegios son instituciones acumuladoras de saber; otros que son el medio para que nuestros hijos aprendan a ganarse la vida. Una verdadera escuela no es nada de eso; es donde el niño debe aprender a buscar la verdad, donde quiera que esté. Los padres envían a sus hijos acá porque quieren que se les inculquen estos principios, que sepan asumir su rol en esta república de habla hispana, de la que son leales ciudadanos. En St George’s se prepara a los estudiantes para que continúen sus carreras en universidades de este país, Estados Unidos y Gran Bretaña.”

Canon Jackson fue un hombre de mucha visión. Previó que para marzo de 1945 St George’s College debería ofrecer comodidades para 70/100 alumnos menores, y se requerían cinco aulas adicionales para este mismo sector además de más espacio para los mayores. Previó también la necesidad de tener dos nuevos laboratorios, un museo y facilidades para trabajos de fotografía. Pero estaba haciendo estos planes en 1945 durante una guerra cuyo final era aún imprevisible, y muchos de sus proyectos no pudieron llevarse a cabo. Así todo, el edificio para los menores estuvo listo en marzo de 1945.

Todo fue muy difícil después de la guerra, y el incendio de julio de 1959 fue un golpe duro. Si hubieran estado los alumnos en el Colegio, el incendio no se hubiera propagado, alguien hubiera visto el humo y las llamas, pero ocurrió el primer domingo de julio durante las vacaciones y nadie lo detectó. El edificio original del Colegio y todo su contenido, se perdió totalmente. La situación era crítica, pero bajo la guía de Canon Jackson y con un tremendo esfuerzo St George’s pudo recibir a sus alumnos nuevamente al finalizar las vacaciones.

El gimnasio se convirtió en dormitorio y 89 pupilos pudieron dormir en el Colegio. Mientras tanto se comenzó a planificar la construcción de nuevos edificios en reemplazo de los destruidos. El edificio del comedor y la cocina para 350 alumnos, comenzado a principios de 1960, se inauguró en marzo de 1961. El nuevo edificio Lockwood para alojar a 56 varones, se demoró algo más por falta de fondos. Fue en la inauguración del edificio del comedor y la cocina, para el fin de curso de 1960, que Canon Jackson anunció su intención de jubilarse. Había pasado 30 años en St George’. El Colegio debe su fundación y progreso a la capacidad de Canon Stevenson; su existencia actual se debe, en no poca medida, a la fe y al coraje de Canon Jackson.

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